miércoles, 30 de noviembre de 2011

FASE 3. PROGRAMACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN DE TRABAJO

Esta semana hemos realizado el programa de intervención conductual para casa. Para elaborarlo, hemos intervenido la optometrista, mi tutor de prácticas y yo. El destinatario principal de este plan es Mario, aunque también sus padres son partícipes y parte activa del plan. Este plan se ha trabajado con los padres explicando punto por punto.
De la Escala de Conductas y Guía de Consulta sobre conductas, cumplimentadas por los padres de Mario, hemos elegido por su frecuencia y por el grado de malestar que general, los siguientes comportamientos a trabajar. Nuestro objetivo es extinguir estas conductas:
1. Cuando le regañan protesta.
2. Cuando no consigue lo que quiere se enfurece. Intenta desesperadamente salirse con la suya. Se enfada y grita. Se pone agresivo y amenaza.
3. Nunca está quieto, se levanta de la mesa mil veces. Es impulsivo.
4. No obedece.
5. Le cuesta ponerse a hacer las tareas.

1. “Cuando le regañan protesta”:
La protesta suele ser una cortina de humo que los niños crean para distraernos de nuestra tarea de poner límites. Puede aparecer en forma de ruido ( “ayyy, nooo”), de reproche (“eres mala”), de excusa (“estoy cansado”) o de queja (“joo, porqué ahora”). Lo mejor es ignorar las protestas, no importa del tipo que sean. Nunca debemos responder a las protestas.
Los padres y profesores deben estar siempre dispuestos a repetir una orden. Por ejemplo: “tienes que ponerte con los deberes ahora”, a pesar de que proteste, se le repetirá la orden. Usad las palabras mágicas “de todos modos ponte con los deberes ahora”.
Ofrecer contrapartidas. En lugar de amenazar, ofrecedle incentivos positivos: “cuando hayas hecho los deberes, haremos plastilina juntos”.

2. “Cuando no consigue lo que quiere se enfurece. Intenta salirse con la suya. Se enfada y grita”.
Si se anteponen siempre sus necesidades y deseos a cualquier otra cosa, se cede casi siempre ante su “insistencia” en forma de enfado, lloriqueo, etc. El niño aprende así que esos son los métodos efectivos para conseguir lo que quiere.
Nunca debemos corresponder enfado con enfado, simplemente hacerle saber que le queréis pero que en ese momento no nos gusta su comportamiento. Nos retiramos (incluso es bueno irse a otra habitación) o le ignoramos si continua su actitud. Los papás deben mantenerse firmes, con un tono de voz contundente.
Identificar y poner nombre al sentimiento de Mario “estás enfadado y puedes estarlo y mostrarlo, pero sin golpear ni insultar”.
Ponedle un tiempo de reflexión para dejar que los ánimos se enfríen. Enviadle a su habitación y si se niega, conducidle a ella sin violencia, pero firmemente. Si el niño se muestra muy agresivo pude ser necesario llevarle a rastras, pero conservando siempre la calma. Que nos vea imperturbables. Para evitar las patadas le cogemos como un tronco con la espalda del niño hacia nosotros y en diagonal.
No le daremos ideas de lo que puede o debe hacer en su habitación, solamente le diremos que vaya a ella y reflexione.
No debemos conceder nunca una petición acompañada de enfado o de gritos. Decidle que lo pida más tarde hablando con normalidad y que ya veréis entoces se se lo podéis dar.
Hay que hacer partícipe a Mario en la búsqueda de soluciones. Él necesita sentirse también orgulloso de su forma de comportarse.
Aprovechar un rato que estéis con calmados y hablad con él “Mario, ¿ cómo podríamos hacer para que cuando te pedimos… lo hagas y podamos continuar el día tranquilos? Se le agradecen las ideas que aporte y se intentan poner en práctica siempre que exista la más mínima posibilidad.

3. “No para quieto, se levanta de la mesa. Es impulsivo”
Para los niños inquietos, es necesario aumentar el orden y la estructuración de la casa, así como establecer rutinas estables y predecibles en el tiempo.
Podemos elaborar un horario que pondremos en un lugar visible de la casa. En çel recogeremos la hora de comer y el tiempo que va a invertir en ello, la hora de la merienda, la de estudio, la de juego…
Se puede utilizar un reloj con alarma para controlar los tiempos y así evitar el enfado y los comentarios negativos.
No se deben hacer cambios arbitrarios o por sorpresa, si hay que hacerlo, se le avisa con tiempo suficiente y se le recuerda alguna vez.
Hay que pedirle y acordar con él, que ha de comer en un tiempo determinado, comer algo de todos los platos que le pongan, no quejarse… Hay que poner la misma comida para todos y no hacerle platos especiales. Ponemos un tiempo para comer de 30 minutos y luego se retira la comida sin prórrogas. Si ha comido bien y sin levantarse de la mesa le proporcionamos una recompensa. Hayq ue hacer oídos sordos ante sus quejas.

4. “No obedece”
Cuando se le manda algo a un niño hay que seguir unos pasos:
1. es imprescindible que el niño sepa las normas y que éstas sean claras.no son buenas normas “portarse bien” o ser bueno”, es mejor “no pegar”, hablar bajo”, “recoger la mesa”…
2. es importante que sepa lo que va a pasar si las normas no se cumplen
3. se le puede recordar o avisar con antelación: “acuérdate que llega la hora de acostarse ¿qué te he pedido que hagas?”
4. si no obedece hay que llevarle a donde tenga que ejecutar la orden sin enfado ni agresividad.
5. su puede iniciar la acción. Pero no hacerla por él
6. es fundamental alabarle y animarle mientras lo esté haciendo y cuando lo haya terminado
7. NUNCA se debe alabarle con sarcasmo
8. si hay que castigarle, se le sienta en una silla en un sitio tranquilo y aburrido, pero no aislado. Ha de permanecer sentado tantos minutos como años tenga. Cuando suene la alarma del reloj nos tiene que decir porqué está castigado, si no lo hace, pasa otro minuto más sentado. También se puede utilizar ocmo castigo la ausencia de recompensa teniendo en cuenta que poco no surte efecto y demasiado causa ira.
9. Para evitar estar siempre riñendo, procurad prestar atención positiva al niño. Dedicad 20 minutos al día para hacer su “tiempo especial contigo”.

6. “Le cuesta ponerse a hacer las tareas”.

Una de las rutinas más importantes que se deben hacer es el horario de estudio. De forma conjunta, se pacta el tiempo que se va a dedicar al estudio cada día. A poder ser, el estudio empezará al poco tiempo de llegar a casa, después de merendar y antes de las actividades lúdicas.
El lugar de estudio tiene que ser siempre el mismo. Preferentemente en su habitación. El espacio debe estar bien iluminado y ventilado y tener pocos distractores.

Realizar este plan ha sido una tarea entretenida. De cada decisión se desprenden cientos de porqués con interesantes respuestas. También a resultado muy agradable ayudar a los padres a entender cómo deben tratar a su hijo y porqué no han obtenido resultados hasta ahora. El trato con las familias es una de las partes que más me gustan y particularmente, la de Mario es muy abierta y se muestran muy colaboradores.

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